CLARA TRAS LAS HUELLAS DE CRISTO
Esta
santa mujer con una sorprendente y amplia mirada después de que sus familiares
no pudieran sacarla del convento S. Pablo de las abadesas, (tanto por la
firmeza de Clara que llevaba ya su cabeza rapada como signo de entrega al Señor
– un acto tal vez de vergüenza para sus familiares- como también por el derecho
de asilo que gozaba este monasterio) brevemente pasó a la comunidad de Santo
Ángel de Panzo en las faldas del monte subasio. No debemos sorprendernos de
este rapidísimo cambio porque conociendo a Clara no pudo permanecerse en este
convento ya que era uno de los más ricos de la comarca y de los más
importantes. ¡Clara, es una mujer de su época de una liberación absoluta y
sorprendente!
Se
unió pues a ella su hermana más pequeña
y primera seguidora en este camino evangélico franciscano Catalina, (futura
Santa Inés de asís) después de tan solo dieciséis días de su fuga. Otras
muchachas se reuniría y en poco tiempo Francisco las establece en la capilla
recibida de los benedictinos, situada fuera de la muralla de asís y
recientemente reconstruido por sus propias manos, “la capilla de la profecía de
Francisco” (así es como me gusta llamarla). Y de este modo tan sencillo y tan
lleno de Dios da comienzo la Orden de
Las Hermanas Pobres de Santa Clara, que es más conocida como la segunda
Orden Franciscana. Sin regla, sin ninguna estructura jerárquica, sin nada de
nada estructural, estas jóvenes empiezan su vida de seguimiento a Cristo. Poco
después, Francisco les da una brevísima forma de vida “formula vitae” teniendo así
una plena incorporación a la fraternidad franciscana. Desde esa pequeñez estas
mujeres alejadas de su pueblo, influyen con su vida de oración << el olor de su perfume llegaba a la ciudad de
asís>>.
Clara,
belleza divina, ¿con qué medios influyó tu vida y la de tus hermanas sobre este
mundo? Allí encerrada en la sobriedad, ¿dónde sacaste tanta fuerza espiritual
para mover montañas, para resistir tantas contradicciones tanto eclesiales como
de la misma sociedad? Es verdad tu viviste retirada del pueblo, pero tu
presencia permanecía palpable en tu ciudad de Asís, tu luz visible y tu eco
llegaba hasta los confines del mundo. Tanto fue así que nos dice su bula de
canonización <<cuanto más acerbamente
ella maceraba el vaso de alabastro de su cuerpo en el estrecho encerramiento de
su soledad, tanto más llenaba con el perfume de su santidad toda la casa de
Dios, la iglesia>> BulCan 3. ¿Cuáles fueron los secretos de esta
mujer que vivió lejos de su pueblo, que abrazó una abnegación que dio mucho que
hablar pero a su vez brilló su vida en una admirable grandeza de humanidad
irradiando al mundo entero con fulgores luminosos? ¡Una mujer que calla, más su
silencio grita a los cuatro vientos!
A
saber Clara fue:
ü Una
mujer decidida en su seguimiento a Cristo Pobre y crucificado
Desde ese conventito, más bien esa capillita de San
Damián, percibimos a Clara con una asombrosa firmeza de alcanzar su meta, una
meta ya discernida acertadamente y peleará siempre y humildemente para vivir
fielmente ésta su opción. En la LCl 14
(Leyenda de santa Clara), encontramos a una mujer firme en su decisión. El papa
Gregorio IX intenta persuadir a Clara a que asegurase su monasterio teniendo
posesiones para su subsistencia con estas palabras <<…si temes por el voto, Nos te dispensamos del
mismo>>, más Clara le contesta sin titubear, y con toda seguridad
<<santísimo padre, de ninguna
manera quiero jamás ser dispensada del seguimiento de Cristo>>. Ya
sabemos a lo que se refería Clara: el seguimiento a Cristo Pobre y crucificado.
En otra ocasión este mismo papa prohibió a que los hermanos visitasen a las
hermanas, Clara en mucha tristeza y dolida de que las hermanas iban a tener
menos el manjar de la doctrina sagrada dijo gimiendo <<¡Que nos quite también a todos los hermanos
(refiriéndose a los limosneros) y de inmediato los hizo volver a sus ministros
ya que no quería tener limosneros que le procurara el pan del cuerpo, una vez
que no iban a tener las hermanas limosneros del pan celestial>> Al
enterrar el papa de tal actitud dejó de inmediato tal prohibición bajo la
potestad del ministro general.
No
podemos pasar por encima su larga lucha por el <<privilegio de la
pobreza>>. La vida tomada por Clara y sus hermanas choca con los modelos
preexistentes de la vida religiosa con lo cual muchas veces será rodeada de
incomprensiones. El Concilio Lateranense prohíbe nuevas formas religiosas al
margen de las reglas tradicionales y por ello Clara y sus hermanas serán obligadas
a aceptar la Regla Benedictina poco acorde con la pobreza y forma de vida de S.
Damián. Por ello, Clara con empeño de salvaguardar su inspiración original, a
saber: la fraternidad, la pobreza y minoridad, la contemplación solicita
<< el privilegio de la pobreza>> es decir, poder vivir sin
privilegios, sin posesiones, sin rentas…abandonándose así a la providencia y
siguiendo la huella de Cristo Pobre, Aquel que no tuvo ni donde reclinar su
cabeza. Soportando tensiones e incomprensiones el 16 de Julio 1228, en la
ceremonia de la canonización de Francisco de asís, Clara consigue del papa
Gregorio IX, la confirmación del privilegio de la pobreza. Clara queriendo
asegurar su opción de vida y la de sus hijas redacta una Regla teniendo como
base la Regla de San Francisco de asís y los escritos de éste a las hermanas de
San Damián. Esta Regla de Santa Clara fruto de largo proceso y una amplia
mirada, escrita con esmero fue aprobada primeramente por el cardenal protector
tanto de los hermanos menores como de las hermanas pobres en nombre del papa,
el cardenal Rainaldo en septiembre de 1252, casi un año después en agosto de
1253, el papa Inocencio IV visita a nuestra santa en su lecho de muerte, y esta
aprovecha la ocasión para pedir el papa la aprobación de la Regla, cosa que fue
concedida, recibiendo la Regla aprobada en la víspera de su muerte. Clara lejos
de las seguridades mundanas se aferra a la Paternidad de Dios y se abandona a
Él totalmente porque Aquel que iluminó su corazón sabrá cómo mantener su
fraternidad, el Dios Altísimo hará su vida y la de sus hermanas. Su objetivo
desde el principio será seguir en obediencia a este Cristo Siervo y Esposo
Pobre. ¡Nada más ni nada menos!
ü Clara, mujer llena de
humanidad
Clara
trata de poner un fundamento como es fraternidad reduciendo al mínimo el peso
de lo normativo; <<a más calidad de
relaciones, menos normas, a menos calidad, mas normas>>. Clara pone
el acento de su vida en la entrega, en la creatividad. Una mujer que sabe
animar y suscitar vida, y una visión distinta a la de la Regla de Inocencio. A
pesar de estar sometida a distintas formas de vivir lejos de su inspiración original, nunca se da
por vencida, ella con toda prudencia vivirá la observancia no como deber ni
derecho sino como un continuo discernimiento, la observancia será para ella la
docilidad al Espíritu Santo que pretende suscitar siempre un más.
Clara
sabe muy bien lo que es darse sin esperar nada a cambio. Lo único que sabe y
quiere es: amar sirviendo y servir amando. Dice Celano en el prólogo de la LCl
<<Imiten las mujeres a Clara,
vestigio de la madre de Dios, nueva guía de las mujeres>>. Clara es
una mujer sensible que goza con el que goza y sufre con el que sufre. En su
proceso de canonización vemos como muchas gentes acuden a ella cargados de
sufrimiento y muchas dificultades, ella los escucha, los anima, los aconseja,
los instruye, los toca, les transmite su ternura maternal…los cura.
Es
muy conocido que estando Clara enferma (la enfermedad fue compañera de camino
de nuestra santa), en 1240, las tropas sarracenas asaltaron a San. Damián.
Clara, manda que la conduzcan a la puerta pese a su enfermedad colocándola
frente a los asaltadores. Consigo llevaba la caja que guardaba con suma
devoción el Cuerpo de Cristo. De inmediato los enemigos se retiraron dejando a
salvo el convento de San. Damián. El mismo hecho se repite el año siguiente y así
Asís fue asediado, al enterrarse Clara y sus hermanas, se echaron ceniza sobre
sus cabezas y acudieron a la oración y así se fue liberada la cuidad de Asís
del asedio.
ü Una mujer que vive la
autoridad como servicio, educa y enseña con su ejemplo
No
existe ninguna enseñanza mejor que ser ejemplar. Los escritos de Santa Clara
nos dan un perfil de una mujer humilde y ejemplar. Clara con suma humildad
quiere ser la última y la servidora de todas, es la esclava de las esclavas del
Señor. Sabemos que cuando Francisco la pone como guía de las hermanas, ella se
resiste rotundamente hasta que éste la obligó. Un cargo que asumiéndolo como
esclava de Cristo se convierte en médico y sanadora de muchas almas comenzando
con sus hermanas, teniéndolo muy claro: vivir como ejemplo para la misión que ella transmitía.
El
proceso de su canonización, y de la boca de las que convivieron con ella, sabemos
cómo atiende a cada cual según sus necesidades, ella tomará los trabajos más
difíciles cosa que en aquella época no era común en la vida religiosa. Se levantará
a media noche para abrigar a sus hijas, una mujer que supo darse amorosamente
en el trabajo. Su gran amor al Señor, inspiraba tanto a sus hijas como a todos
cuantos llegaban a aquel monasterio. Con mucho entusiasmo y gozo vivía toda
clase de privaciones y penitencia cosa que nunca impuso a sus hijas
espirituales. Una mujer humilde que cuidaba hasta el más mínimo detalle que
sirviera de ejemplo para sus hijas. Mujer de mucha delicadeza con los débiles,
los enfermos. Lava y besa los pies de las hermanas que llegan cansadas, su gran amor a la pobreza donde
alcanzó una perfecta unión con Cristo. Una mujer que enseñó a despegarse de
todo lo que perturba la unión con Cristo.
ü Una mujer radical para
el amor, minoridad y relaciones
interpersonales
Clara
la pequeña plantita de Francisco así es como se llama ella en otra ocasión,
enseña desde la radicalidad del amor a la hermana, al prójimo y la minoridad. Esta radicalidad sin duda alguna irá codo a
codo con la experiencia de Dios Trino y Uno que tanto Francisco como Clara de
asís toman como modelo principal y fundamental de la fraternidad.
Aunque
Clara es la <<abadesa>> término que adoptó obligada por Francisco,
lo ha entendido perfectamente lo del Evangelio <<quien quiera ser el
mayor, sea el menor>>. Ella sabe que la convivencia fraterna se basa en
la entrega mutua, una entrega que no pide ni espera nada a cambio, que cada uno
se afirma dando, pidiendo y viviendo en libertad, fraternidad de servicio mutuo,
obediencia mutua, que se define desde relaciones personales. Una visión
bastante lejos de la impuesta a ella, a saber, la Regla de Hugolino que pone el
acento en la comunión de bienes y al vida común y en donde la relaciones
personales no son objetivo de vida comunitaria. También veremos una gran
diferencia en cuanto la autoridad que en algunos modelos comunitarios estaba y
está organizada en orden a la eficacia, siendo la autoridad la voz de Dios, dando
una gran potestad a la autoridad personal o colegial. Para Clara, todos somos
hijos e hijas del mismo Padre más allá del servicio, cultura y origen. Tanto
así que no hay fraternidad donde la igualdad no es principio, ni fundamento.
Para ella la abadesa tendrá el órgano colegial donde tiene que está sometida
que será el capítulo conventual.
Paz
y bien a tod@s
Hna. Catalina Mª Inmaculada Ohp
CONTINUARÁ
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