miércoles, 7 de junio de 2017

JESUCRISTO SUMO Y ETERNO SACERDOTE



EL SACERDOCIO QUE NO PASA

Jesucristo, el Señor, por ser mediador de una nueva alianza y eterna es el Sumo y Eterno Sacerdote. Bien recordamos sus palabras en cada celebración Eucarística << Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros…, esta es la copa de la nueva alianza, sellada con mi sangre que se derrama por vosotros>>. En este mismo momento, en su corazón una vez más repetía aquella entrega obediente que tantas otras veces había mostrado ante su Padre << aquí estoy, para hacer tu voluntad>>. Jesús ungido por el Padre con el Espíritu Santo no puede sino perpetuar ahora y siempre en su Iglesia su Único Sacerdocio. De ahí el Don inmenso de la Eucaristía. ¿Cómo  podríamos hermanos agradecer a Dios este Don tan único y tan divino? ¡Nadie puede negar este honor sino aquel que no confiesa que Cristo, es el Señor de la Vida!

¿Y cómo se realiza este Sacerdocio Eterno? Por el escándalo de la cruz - el escándalo de la misericordia y el escándalo del Amor. Nos dice la lectura sagrada;

Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores
Lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado, sus cicatrices nos curaron
Maltratado, se humillaba y no abría la boca, sin defensa, sin justicia
Lo arrancamos de la tierra de los vivos
Lo dimos sepultura con los malhechores
 ¡Aunque no había cometido crímenes ni hubo engaño en su boca!
<<Sufriendo aprendió a obedecer y llevado a la consumación se ha convertido para todos los que le obedecemos en autor de salvación eterna proclamado por Dios sumo sacerdote según el rito de Melquisedec>>

¡Y no teniéndolo bastante con sufrir ignominiosamente, se nos ofrece, se nos entrega, se nos da entonces y ahora  como oveja ante el esquilador!

Este Jesús es el mismo que hoy nos dice <<no me acordaré más de sus pecados ni de sus crímenes>> porque donde hay perdón, no hay ofrenda por los pecados. Jesús sabedor de su misión, “…es el engendrado del Padre, no creado y que por nosotros y por nuestra salvación, (Dios) se hizo hombre…”. Jesús pues acepta su misión mesiánica ofreciéndose como Sumo y Eterno Sacerdote, ofreciéndose a Aquel por quien Él es. Él que ofrece es la misma Ofrenda. << Esto es mi cuerpo, esta es la copa de la Nueva Alianza sellada con mi sangre>>.

¿Hermanos cómo podemos dudar pues de su misericordia? ¿Cómo podemos andar a tientas teniendo la entrada libre al santuario en virtud de la sangre de Jesús? Es más si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre, Jesús Sumo y Eterno Sacerdote que sigue intercediendo por todos nosotros en el cielo ante su Padre. Hecho sacerdote para todos nosotros, Aquel que sufrió como víctima  de propiciación.

Pues con esta confianza no podemos sino acercarnos a Él con corazón sincero y lleno de fe porque es fiel quien hizo la promesa. Es el camino humilde del cristiano, de aquel que está en movimiento con la esperanza de no atropellar o ser atropellado pero, si así pasara, estar a sabiendas de que <<hay uno que abogue ante el Padre>>. Aquel que amó sin fronteras, Aquel que nos enseñó a pisar la tierra pero con los ojos levantados a lo alto, a su Padre, a su Abbá. Aquel que muchas veces cuando perdemos la esperanza decimos “no conozco a este hombre”, pero sorprendentemente Él está ahí esperando nuestro retorno a casa con los brazos abiertos.

Pidamos a Dios por todos nuestros hermanos presbíteros que Dios les han concedido un poder que no ha concedido ni a los ángeles ni a los arcángeles, que renuevan el nombre de Cristo, el sacrificio de la redención, nos preparan el banquete pascual, presiden al pueblo santo en el amor, lo alimenta con su palabra y lo fortalece con los sacramentos, para, que el Señor Sumo y Eterno Sacerdote les ilumine y les enseñe cómo construir su Reino Universal con la levadura y una semilla de mostaza que se convierte en un árbol frondoso en donde anidan todos los pájaros.  Pidamos por todos ellos para que sean antorchas que nos iluminen con su vida, con su testimonio, con sus palabras.

También no olvidamos de que todo el que se ha bautizado, es sacerdote, para que mantengamos fiel nuestro compromiso como cristianos con la esperanza de que Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote que atravesó a los cielos siga sosteniéndonos en nuestro caminar.

Paz y bien a tod@s y Feliz Fiesta.

                                                                Hna. Catalina Mª Inmaculada Ohp

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